Las voces de Alex y Nicol empezaron a llamarnos a gritos a través de los
auriculares de los trajes.
-‘¡Un grupo de grills se
acercan al edificio, tened cuidado!’
-¡Recibido!-respondieron
Rita y Tonny a la vez. Ambos empezaron a coger sus armas para prepararse para
la batalla, yo cogí a la pequeña Kim aunque aun estaba temblando.
-Jessica, por favor ten
mucho cuidado y estate alerta.-dijo Rita
-Si.
-Si tienes algún problema,
grita.-dijo Tonny.
-Vale.-dije. Intenté
calmarme empecé a controlar mi respiración y fui relajándome poco a poco, no se
como lo hice pero funcionó.
De repente en la puerta
principal se escucharon unas voces extrañas, no se entendía lo que decían. Fui
a esconderme detrás del sofá, Rita estaba tras una pared y Tonny detrás de la
puerta. Empezaron a dar golpes en la puerta resquebrajándola poco a poco hasta
que ya no resistió más. La puerta se vino abajo y unos tipos con la capucha
negra comenzaron a andar lentamente hacia el salón. Empecé a sentir ese frío de
nuevo pero era mucho más intenso, eso me recordó el momento en que conocí a
Tonny, giré mi cabeza hacia el que estaba detrás de la puerta y ahora que los grills
habían entrado Tonny estaba justo detrás de ellos. Eran siete grills, cinco de
ellos ya estaban dentro y dos permanecían fuera.
En un movimiento rápido
Tonny degolló a uno de los grills y éste se convirtió en polvo en ese mismo
instante. Creo que esa parte de la explicación se la saltó Danna, ¿Qué más no
sabía aun?
Estaba mirando por encima
del respaldo del sofá los dos grills que estaban fuera y uno mas se abalanzaron
sobre Tonny y él se sumergió en una batalla interminable mientras que Rita
salió de detrás de la pared y se encargaba de dos más, ella tenía más
experiencia pero también se cansaba mas rápidamente.
Los grills se movían con
precisión y sus heridas se curaban más rápido de lo que jamás había visto.
Tonny había acabado con uno de los grills pero todavía quedaban dos. Espera un
momento…se supone que había siete y ahora sólo había seis…oh oh, creo que me
habían descubierto, no quise mirar atrás, tenía demasiado miedo y ese
escalofrío que tenía en el cuerpo no cesaba.
Me puse a gatas y fui arrastrándome
hasta llegar al pasillo, pero entonces pensé ¿yo soy tonta o que? ¡Tengo una
pistola! De algo me tendría que servir. Entonces la cogí y abrí la recámara de
balas y ¿Cuál fue mi sorpresa? … estaba vacía.
-Perfecto-susurré- no seré
tonta, cogo una pistola y no se me ocurre coger las balas. Ahora sí que tenía
miedo. Salí corriendo por el pasillo hasta llegar a la cocina, abrí los cajones
buscando los cubiertos, y como no, mi madre debió cambiar la disposición de la
cocina. Seguí buscando, ¿Dónde carajo están los cuchillos? No me lo podía
creer. Me di la vuelta y mi vida pasó por delante de mis ojos. El grill se
abalanzaba ferozmente sobre mí y no tenía nada para protegerme. Alcé mis manos
sobre mi cabeza para protegerme (como si fuera a servirme para algo) y cerré
los ojos, esperando a que esto llegara a su fin.
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